sábado, 30 de julio de 2011

¡Que si quieres arroz, Catalina!



¡Quién me hubiese dicho que yo, un cubano, iba a terminar traduciendo para la policía! Aunque no lo creáis María Moliner en su diccionario describe la sensación de los cubanos en el trato con los agentes policiales. “Impresión de repulsión física o moral, causada por cualquier cosa, aunque no sea de comer: Me da… pasar por ese sitio tan sucio. Me produce… su comportamiento”. Pensar que aquí en la madre patria, el roce con la policía me causaría una sensación distinta; me dio la suficiente fuerza moral para aceptar el trabajo, vencer la aversión y poder continuar posando mi cabeza en la almohada. ¡Ah!, debo decir que a ello también ayudó el saber que la mujer de mi casero no se anda con paños tibios, cuando alguien intenta no pagarle el alquiler.
Entro en la comisaría, recibo el saludo jovial, breve, familiar, y a la vez distante, diplomático, cortés, que se le dedica a aquellos con los que se mantiene una relación laboral esporádica, pero, que por h o por b,  no llegan a formar parte del “petit comité”. Contesto en tono afable y comedido al saludo. Pienso en las complicadas vueltas de la vida. No sé el porqué, pero me vienen a la mente manzanas. Manzanas que siempre terminan rodando por el suelo. Algunas terminan lejos del tronco, otras no. Circunstancia, ésta, independiente de la altura del manzano. Todos, cual manzana, rodamos hacia el mismo destino: cumplir nuestro destino. Unos van a pie, otros en coches de distintas gamas, algunos en un segurísimo “Yo ruedo” [MI1] del año, otros en un destartalado seiscientos; los hay que resbalamos. Otros incluso van tropezando. Se trata de un viaje en el que cada cual se desplaza como puede, con alforjas o sin ellas. El gato filósofo de Alicia diría:  “poco importa el camino que se tome”. ¿Será necesario extenderme en el “yo y mis circunstancias” que implicaron haber sido fraguado en la Cuba soviética?  
Los agentes me han saludado sin interrumpir el cumplimiento de su rutina. Bregan en un más que necesario papeleo, lo entiendo. No olvidemos, que sin ese arate cavate todos los presentes nos quedaríamos sin gazpacho[MI2] . Echo una mirada a mí alrededor. ¡Ahora lo veo! Esposado a la pata de una mesa, sonríe con cara de pollo mojado, desde un círculo alternativo al mío. ¿Círculo dije? Sonríe al resto desde un mundo alternativo. Sonríe. Un momento... creo que donde dije: “todos los presentes nos quedaríamos sin gazpacho”; debí decir: “todos, menos aquel pobre chino”.  Pues en atención a la poca sangre presente en el ambarino que lo cubre, se diría que ya da por perdido su arroz[MI3] . Yo en atención a las vueltas que debe estar dando su manzana en la caída, me pregunto: “¿Qué puedo hacer?”  y quedo atrapado en el bucle de la pregunta.
Los chinos siempre sonríen. Parece gatos de Cheshire. Que un juez los condena a pagar las costas del proceso, ellos sonríen. Que el profesor les echa una bronca por las notas del hijo, ellos sonríen. Que el médico les dice, traductor mediante, que presten atención a la higiene bucal de su hijo, ellos sonríen.  Que el revisor entra en el vagón y va directo a pedirle el billete a ellos, sentados al final…ellos sonríen. En las más inapropiadas ocasiones, les salta siempre una sonrisa que, cuando menos, por incomprendida, resulta incómoda a ojos occidentales. Risueños acucian nuestra incomprensión de sus vueltas manzanales en cumplimiento de su destino. Casi siempre contestan a una pregunta con triple negación sonreída:  “No, no, no. Ji, ji, ji. Es que…” y sólo después de los tres noes y los tres jis, aparece la verdadera contestación, que para más inri nunca es categórica. Ni abren, ni cierran, ni la puerta, ni la ventana. Nos dejan, acostumbrados al contrapunto[MI4]  como estamos, en una entelequia. Me saco un Dios fuera de la máquina y os pongo un ejemplo simple para poneros en situación.
El oficial Rousseau detiene al chino por querer pasar la aduana con un pasaporte japonés cuya única e ingenua relación con el portador, es que lleva su foto, burda y pegada sobre el portador original. En la declaración se le pregunta de dónde sacó el pasaporte. Y empieza la divagación, el devaneo, el taoísmo, la no-definición. El reino de la sombra oriental frente al contrapunto occidental.
-      ¿De dónde sacaste este pasaporte?
-      Me lo dio un amigo.
-      ¿Dime el nombre de tu amigo y dónde localizarlo?
-      No lo conozco.
-      ¿Dime el nombre del que te vendió el pasaporte falso?
-      No, no, no. Ji, ji, ji.  Es que yo estaba paseando por el parque y él me saludo,  ji, ji, ji...
-      ¿Cómo se puede entender que una persona se acerca a ti y te entrega un pasaporte con tu foto? Y tu no tienes forma de contactar con esa persona. Y coincidentemente tú tenías necesidad de un pasaporte…
-      Es que yo estaba en el parque.
Y vuelta al canon.
¿Ha contestado las preguntas? No y sí. Es el arte de la guerra con una sonrisa Cheshire. Al instructor de las diligencias policiales, que no está instruido en la idiosincrasia china, se le suelen fundir los plomos, pues piensa que el chino lo está tomando por tonto. A sus oídos sólo llegan el no y el ji elevados al cubo. Son tópicos ya lo sé, pero los tópicos son la información intuitiva de la cual tiramos para entender un software nuevo. Además, por algo llegaron a tópico, digo yo.
Os pudiera hablar de otro tópico para conocer un pueblo, la cocina. En España tenemos al Arguiñano.  Tiene el don de hacer unos dulces de calabaza que parecen pura escarcha, como dice la canción. Este vasco no puede dar una receta sin hacer un chiste, sin ponerle gracia al meneo de calderos. A pesar de que uno puede pensar que “tiene bulanicos[MI5]  en la cabeza” siempre nos queda claro lo que se tiene hacer. Hervir cinco minutos a fuego lento. Después ponerlo en el horno a 150 º durante 30 minutos, y paso a paso nuestra receta va cogiendo el color y la forma que tiene la foto de la receta de Arguiñano. La mayoría de los cocineros chinos son serios, y dicen cosas así como hiérvase hasta que cambie de color, fríalo un rato en mucho aceite. Muchos factores pueden influir y cambiar el resultado final: la temperatura ambiente, la vivacidad del fuego, la cantidad de agua, el tipo de aceite… ¿me entendéis ahora? No entra en los cabales chinos concretizar.    
Todavía no llegan mis quince minutos de fama diarios. Tomo asiento, entre bambalinas, sin chistar. Me entrego a observar una vez  más, los barridos y los fregados de los agentes. Parecen autómatas. Traen los mismos papeles. Activan los mismos procedimientos. Saben por el color de un formulario, en que pila y en que cajón debe ponerse,  sólo después que el agente competente lo haya firmado. Una vez y otra vez, se cumple el mismo protocolo. Todo como Díos manda. Ignoro, de momento, al chino. A los “compis” no les gusta que me tome la iniciativa y empiece a hablar con el chino. Dejo a los agentes deleitarse en el prurito de indicarme cuando debo iniciar mi trabajo.
Don Ricardo Besteiros Matas, el archiconocido comisario, se me acerca. Su carácter voluble se me muestra ahora sutil y de un tranquilo, semejante a la calma que precede la tormenta. Me conmina a que identifique al “Chulin[MI6] ” e informe de los datos obtenidos a los agentes. Al usar en voz alta este apodo para referirse al chino, lo bautiza. Debo explicar que estamos ante una tradición policial, gracias  a la cual todo carlista[MI7] , con un nombre impronunciable que entra detenido en una Comisaría es enseguida “bautizado”, a fin de facilitarles la tramitación a los cristinos encargados de él. Todo bárbaro carlista con nombre impronunciable, se convierte de golpe y porrazo, en algo tan cristino como: el cabezón, el llorón, el feo, el de las de soplillo. Altos comisionados verán en el bautizo con estas alias una infracción a los derechos del “amoteado”, un maltrato psicológico o incluso puede que hasta una vejación al “íngrimo y solo”, que diría Carpentier. En realidad estos “Episodios Nacionales” sólo son un intento de oídos cristinos por normalizar lo impronunciable.
Don Ricardo se ha deleitado lo justo en su exhibición de poder conmigo.

 Ahora ya me puedo dirigir al chino. Algunos pensarán que ya podré entretenerme con su historia. Un “compi” ya me había indicado un día:
-      “ Al jefe le gusta que le den las cosas hechas, para que él pueda más tarde tomar las decisiones. El que mueve la pelota soy yo, si al jefe no le gusta, ya dirá algo”.  
Comprendí que el comisario era quién cortaba el bacalao, incluso en relación con los demás agentes. Así que me apliqué el comentario a mi trabajo y posición, deduje que si malo es no llegar a tiempo, peor es pasarse. Que yo llegue y comience a hablar con el chino, se puede (mal)entender como que quiero controlar el cotarro, ocultando alguna intención a los agentes.  Por mucho que conozca el procedimiento, tengo incorporado que no soy yo el que dirige el cotarro, y que me vean hablando o recopilando datos antes de que se me indique,  puede llevar a pensar que quiero medrar. Conociendo mi yo y mis circunstancias, me gusta pensar que una vez comienzo a hablar, el Chulín verá un principio de luz en su túnel y los agentes tendrán datos para proseguir con su arate cavate. Quiero pensar que el simple hecho de hablarle en su idioma es una ayuda psicológica, y no le hago, con ello ninguna traición a la policía. Quiero decir que no le digo:  “di esto y no digas esto otro”. No. Sólo el decirle: “Hola, ¿cómo estás?”  le da a mi voz en su idioma la función de un alivio.  Con una frase mato dos pájaros. Soy un médico que trata a un enfermo sin preguntarse qué hará la justicia con el enfermo después. 
Dejemos al Chulín amarrado a la mesa durante un ratico más y hagámosle un poco de justicia a la persona del Comisario. Justicia literaria, quiero decir. No se me ha ocurrido entretenerme en ejercer ni la divina ni la humana. La una siempre llega al final y la otra,  hasta el momento solo ha conseguido dirigirle a Don Besteiros dardos notificadores[MI8] , los cuales tras muchas idas y venidas siempre terminan en el archivo.
En el inframundo son comunes las conexiones subrepticias entre delincuentes, abogados y policías. Por algo los tres tienen perfiles psicológicos similares. Los delincuentes se mueven sin escrúpulos tras el dinero; algunos abogados acomodan sus escrúpulos según el dinero de sus clientes; y algunos “polís” van tanto tras el cántaro, que se los lleva la corriente. La piedra siempre es mala para el cántaro.
En el entorno pueblerino de Barcelona, los tres grupos mencionados conocen a Don Ricardo. Las partes actoras utilizan el hermetismo del golfaray para referirse a él. “El Gallego”, le dicen. Su mala leche, amén de ciertas costumbres, no justificables, ni con medios ni con fines y contrarias a los deberes impuestos por su cargo, se han hecho ya legendarias. La fama le atribuye al “Gallego” presuntas participaciones en asuntos, que tarde o temprano obligan a jueces a enviarle notificaciones certificadas(los dardos notificadores); o al menos forzarlo a invocar el presunto juego de la separación de Montesquieu. Me guardo los adjetivos tanto para unos como para los otros. Hay cosas que hieden, es mejor no removerlas… recuérdese que mi casero tiene una mujer.
No quiero dejar en el tintero el respeto que sentimos los cubanos por los gallegos.  He llegado a los amenes, cuando ya él ostentaba el  más español de los gentilicios, al otro lado del charco. En este mundo hay gente para todo, para placeres o desgracias del resto. Ricardo Besteiros  Matas es un anagrama del nombre del comisario. Siempre habrá quien entienda que detesto a los gallegos, que mi animadversión por ellos, me impulsó a hacerme eco del apodo del comisario. Nada más lejos de la realidad. Permítaseme, en el siguiente trozo curarme en salud, que sino después alguien tendrá que escribí un “yo acuso”.
Detesto a los nacionalistas. Da igual si se llaman gallegos, catalanes o vascos. A nuestra lontananza sólo llegaron españoles. Y como soñamos que nos gustan los Checks and Balances [MI9] hicimos tabula rasa. Todos son gallegos. De hecho, como buenos salvajes no hablamos castellano, hablamos español. Quedando así excluidos desde siempre de la discusión bizantina sobre la nación española: aquí castellano, allá español. Desde un principio hemos sido árbitros. La España de los pueblos es una discusión de aquí. Ahora yo vivo aquí y la tortilla es de ida y vuelta. He pasado de árbitro a parte.  Desde nuestros albores más fermosos gritamos a estos gachupines cuál es la solución:
-      Da igual el nombre que te den como nación (Juana, Fernandina, Cuba).  Está loco, quien quiera cambiarte. Como buenos cubanos hemos puesto música a esta verdad, “María Cristina me quiere gobernar, y yo le sigo, le sigo la corriente”
Y así hemos hecho siempre los cristinos, mejor digo los cubanos: el gobierno propone y nosotros intentamos disponer. El gobierno siempre ha sido algo que nos queda lejos, que aceptamos porque no nos queda otro remedio. Nos digo “cristinos” porque al final, María Cristina, se salió con la suya a un 50%, no podemos negar nuestra raigambre española. Como aliciente a nuestro ego nacionalista (que también lo sufrivivimos, pero como orgullo patrio) tenemos en Cuba un mecanismo sui géneris: la apropiación de todo lo bueno y sublime que en el mundo ha. Llamémoslo apropiación nacionalista. Todo lo bueno, lo célebre, lo clásico, la crema y nata del mundo tiene por fuerza que ser cubano o está en Cuba. ¡Qué no podemos apropiárnoslo,  por lo evidente del hurto! Le injertamos, entonces unas raíces bien cubanas. Me explico: A pesar del recurso fácil, de decir que Picasso era cubano por lo del cubismo, sería muy difícil hacerlo pasar por cubano, ¿verdad?  ¿Qué hacemos entonces? Pues le endilgamos un abuelo cubano[MI10] . Rizamos el rizo: ¡un abuelo negro! El germen del cubismo tropical. ¡Qué venimos a España!...pues nos sacamos de la manga un colorido arroz a la cubana. By the way, ¡Plácido Domingo es cubano! Este mecanismo de apropiación nacionalista se conjuga con un afán igualitario. Digámosle normalización nacionalista. Pudiera pensarse que esta ansia de igualdad, de normalizar el cotarro es consecuencia de vivir más de cincuenta años en el régimen. El socialismo ha exacerbado esta ansia  por normalizar sí, pero en la idiosincrasia política de un pueblo, cincuenta años es un instante efímero. Es lícito preguntarse, ¿Por qué desvela aquí claves de nuestra esencia cubana? Si hay un chino detrás de él.  Es un intento de entender mi nueva realidad en un viaje de ida y vuelta.  Es de buen cristinos ser agradecidos. Al vivir ahora en España, la madre patria que allá se convertía en un recuerdo ístmico con música y fabadas exóticas, me mete de lleno en el meollo del tema. Hasta ahora sólo era, como todos los de allá, árbitro e hijo de una unidad plural que ahora se me revela como contendientes. Allá sólo eran gallegos, el mejor sinónimo de español. Todo español que llega a Cuba es un gallego. A nuestra lontananza sólo han llegado gallegos (diminutivo en buen cubano: gallegibiri). Ningún cubano duda que Colón sea gallego. Y no decimos que es cubano por razones obvias. Es gallego, todo el cubano que tenga desde su más tierna infancia,  “la cintura escayolada”, locución cubana para designar a alguien que no sepa bailar, que como las meigas, haberlos haylos. Es tanto lo que nos imponen los gallegos que en Cuba tenemos dos normas, de esas que no se escriben:
1ª: para ser buen poeta cubano hay que llamarse José.
2ª: para ser buen presidente cubano hay que ser gallego.
Una de las dos normas es literariamente correcta, la otra lo es políticamente.  Ja, ja, ja.
¿Ha dado resultado el irme por los cerros de Úbeda, verdad? Pues de haber seguido pensando por aquellos derroteros, hubiese terminado dejando caer en cualquier conversación palabras como: “corruptela”, “cambalache”, “inmoral” en dudosa cercanía con el Gallego.  Menos mal que no lo dije, pues no me apetece regresar a bordo “del mejor barco de guerra de la flota de ultramar”. Las conexiones del Gallego son extensas.
Pero no todo en el monte es tomillo, que también hay orégano. El Gallego se preocupa por las felicitaciones de su grupo. Las felicitaciones es un sistema de estimulo por el cual los jefes van dando puntos a los mejores equipos. Con estos puntos más tarde se hace un escalafón que sirve para pedir, y que se concedan cambios a destinos más apetecibles. Digamos,  más cerca de la casa familiar, a lugares más tranquilos por su baja tasa de delincuencia…Las felicitaciones no se consiguen con la facilidad de un cromo, como mínimo hay que solucionar diez casos para pedir una felicitación, otra cosa es que la concedan y aún concediéndola la mayoría de las veces sólo es de 4 ó de 5 puntos. De ahí la importancia de que el jefe, en este caso el Gallego, solicite las felicitaciones a sus jefes. En sus palabras y lo cito: “Si no me conceden la felicitación para el grupo, yo por cada servicio extra que hagan les doy días libres y así al menos ellos van currando satisfechos y cubrimos el cupo de detenidos.” Os hubiese explicado esta cita, pero siento el asfixiante peso de una mirada sobre mi, me desperezo. Es el Gallego absorto en otro trámite, pasa y me mira inexplicado. Sin desviar la vista, sin preguntarme qué me pasa, pero temiendo perderme otra vez, el Gallego me pone en situación:
-Es lo clásico. Delito contra la propiedad intelectual, con incoación de expediente de expulsión por infracción de la ley de extranjería y atentado contra agente de la autoridad.
Ahora sí que es necesario que os desmenuce esta retahíla que me  ha soltado el Gallego. En vez de “incoar”, el comisario pudiese haber mencionado “abrir” o “iniciar” y cuando oímos  “expediente”, se refiere a la acepción  número 6 de Maria Moliner, (perdónenme otra vez la fijación, me acabo de comprar el bendito libro y estoy comoniño con juguete nuevo). Pero no abusaré de vuestra paciencia lingüística. Por eso, os pido un voto de confianza. Os garantizo que la retahíla alude a los trámites contra todo aquel, que sin permiso de residencia, o sea sin papeles, pulule por el territorio nacional,  y para más inri, sea pillado en la osadía de dedicarse a la venta ambulante, sin la licencia requerida, entiéndase sin pagar los correspondientes impuestos. Es más sencillo que lo del nacionalismo, ¿verdad? Ya se sabe que al final todo se limita al dinero. Mi abuela decía: “El dinero no es la vida, pero comoayuda…”   
El Gallego, quizás, sintiendo que me vuelvo a perder, eleva el tono de la voz y  sus indicaciones impiden que me pierda en mi interior:
-      “Pásales los datos de filiación del Chulin, a los compañeros. En cuanto llegue su letrado, firmamos y ya está.  ¿Vale?, todo tuyo.”
Asiento con un leve movimiento y con la autorización por todos escuchada, me dirijo hacia el chino. Rumio la idea de que mientras más se demore la asistencia, más me pagaran. El comisario me ha comunicado sus instrucciones sin dedicarle ni una mirada al “Chulin”. Oigo que otros agentes ya se refieren al chino comoChulín. Término que para el comisario y los agentes, resulta más fácil que el chino, quien por esas ironias del destino, no tiene papeles y a partir de ahora sólo existirá  en las estadísticas, en el papel, se llame Chulin. Compruebo la efectividad del bautizo. Es corto, se acomoda a la fonética castellana, y el interesado ni se entera que se están refiriendo a él.  El Chulín no es un ente psíquico, con necesidades. No se lograría la empatía con un nombre real. El comisario y subordinados sólo hacen cumplir la ley y punto.  Nada es cuestionable. Nada.  Lo único que importa es que mes tras mes, los delitos queden esclarecidos y la productividad aumente.
你好,[MI11]  我是你翻译。 警察, 他们需要知道你的名字。 我跟你讲一下。 他们抓你是因为几 件事 是因为你卖片嘛, 不过 这个 没关系的, 因为哪怕他们有证据证明你当时在卖片, 最多只是罚款而已。
还有就是你没有居留, 没有身份, 这就有可能给你驱逐令了。不过也不用担心, 过一会儿会有一个官方的免费的律师来的。 他会告诉你应该怎么说, 怎么做。 律师来之后警察会问你一些话没你最好回答, 好吗? 然后明天他们会送你去法院那里录口供, 录完之后你就会被放出去了, 出去之后你再 选择是继续用这免费的, 官方的律师还是自己再找一个, 因为这个事情不会一下就了结的。 你要律师帮你上诉, 如果他们给你驱逐令就要上诉推翻它。 还有就是他们说你扑捕 当时怎么了, 你有抵抗吗?不管怎样等一下你跟律师说。他 会帮你的, 好吗?
-“Hola, soy tu interprete de chino. Los agentes necesitan tu apellido y tus nombres[MI12] .  Déjame que te explique, ellos te han detenido por varios asuntos: el primero; porque presuntamente te han pillado vendiendo CD. Por esto no tendrás grandes problemas, en todo caso, y si logran demostrar que sí estabas vendiendo sólo te pondrán una multa. El segundo; porque no tienes permiso de residencia, y eso es ilegal en España. Es posible que te abran una orden de expulsión. Pero no temas. Dentro de un rato vendrá un abogado, hablará contigo, te indicará lo que tienes que decir y lo que tienes que hacer y mañana te llevarán al juzgado donde declararás. Después te dejarán en libertad y un abogado, el que tú busques o el que vendrá aquí ahora de oficio, presentará un recurso. Este asunto no es cosa que se resuelva en un día. Pero no te preocupes, no te enviarán a China. Si ellos te dan una orden de expulsión, tendrás que recurrila. Además está el otro asunto, la policía dice que tu te resististe y que agrediste a uno de los agentes. ¿Qué te pasó? ¿Te pusiste nervioso? No te preocupes y cuentaselo a tu abogado, él te ayudará. ¿De acuerdo?”
Utilizo un tono conciliador. Me resisto a decirle Chulin, le he explicado su situación, en un lenguaje claro, sencillo, efectivo, consico, y sobre todo en un lenguaje suyo.
 -“En cuanto llegue el   abogado, el policía te hará algunas preguntas, lo mejor es que las contestes. ¿Vale?”.
Vuelvo sobre mis palabras y me doy cuenta que a ratos he arrimado con sutileza el ascua a mi sardina. Le cascabeleo verdades a medias con lentitud, mientras admiro su silencio, su impasibilidad, su cara de incredulidad, su displicencia.  Al concluir lo que para él suena a andanada, le doy tres minutos para que digiera el trago. Siento en mí el pinchazo de la mentira. Sé muy bien que puede acogerse al derecho de declarar  ante el Juez y decir que no desea declarar en estas dependencias. En tal caso, cobraré a lo sumo 30 minutos. De modo que, en contra, de lo que desearán el abogado y el policía, “provocaré” la declaración aquí. Al primero no le interesa la declaración ni aquí ni en el juzgado, pues viene de oficio. Sólo desea acabar, y cuanto antes mejor. Le pagan por asistencias. Duren lo que duren. De lo que se desprende que mientras más se prolongen, menos asistencias podrá hacer. El segundo, el policía, ya ha recibido por la detención del Chulín los puntos extras para la evaluación mensual del grupo. Lo que se traduce en una buena prima y días de fiesta. No le preocupa otra cosa que pasar cuanto antes el expediente al juzgado. Al tercero en discordia, o sea a mi, le apremia la mujer del casero.
Le suelto al Chulín todo el monologo de sopetón, compruebo que no ha tenido tiempo de salir de su asombro nacionalista, que no le deja comprender cómo logro expresarme medianamente bien en su idioma. Lo que el resto del mundo ha dado en llamar desconfianza china, cultura endogámica, etc. No es más que orgullo nacionalista. Para ellos todavía China es el Imperio del Centro.  ¡No son los griegos los únicos que no pagaban traductores!
Aun así esta explicación nacionalista no me convenze, persisto en encontrarle otra razón  al porqué el chino no me entiende. De pronto caigo en algo que mi mente, anclada en la costumbre de la convivencia, había pasado por alto: Mi negritud. Mi pensamiento se llena de los presuntos pensamientos del Chulín:
 “Un negro hablándome en chino. Justo ahora después de que estos desgraciados me han fotografiado, comoa aquel atardecer en la Gran Muralla. Me han hecho recomerme mi hígado, comosi estuviera colgado. Me han cogido las huellas cual vulgar caco. Me han ignorado, comola que no se toca.” Sí, ya sé que son expresiones mías y no del chino. Imaginaos un flash back de Hollywood y trataré de ponerlo en boca del chino: “este negro que viene a hablarme en chino, ¿no será al fin, el comienzo de algún tipo de tortura más abrasiva que la indiferencia?” dixit in xinensis est. Al verlo en el flash back, percibo la reacción que se le escapa por los rabillos de sus pliegues mongoles, la que echa por tierra la tentativa de hacer suyos mis argumentos. Su mirada me deja ver, sólo por un instante, una persona a la que no le puedo endilgar tres frases, por muy justificadas que me parezcan. Al mismo tiempo me percato que se le va agrietando la duda, la desconfianza china que le aconseja la cultura endogámica. Puede que hasta se comienze a percatar que le estoy hablando en chino y puede que  hasta llegue a ser su traductor. Su sensación, su mirada, su asombro, su incredulidad, su displicencia, aun antes de que se desmorone gran parte de la duda, son similares a la sensación, a la mirada, al asombro, a la incredulidad,  a la displicencia de los policías nacionales, de los locales, de los urbanos, de los mossos d’escuadra, y de los guardias civiles, que me ven profesando la traducción.
 No puedo negar darle paso a la objetividad y mencionar que ésta abundancia de cuerpos policiales no provoca en el respetable español la impresión de repulsión física o moral a la que se refería Doña María, (¡Perdón otra vez!) (Si comparamos dicha abundancia con la exhuberancia de otras fuerzas vivas: los presidentes, por ejemplo. Os asombraría saber que resulta más bien escasa. En España tienen 20 presidentes y hasta un rey. Pero eso es harina para otro costal.) Sigamos, que se nos pasa el arroz de Catalina... La sensación, la mirada, el asombro, la incredulidad, la displicencia de los policías son similares a la sensación, la mirada, el asombro, la incredulidad, la displicencia con las que los jueces, abogados y funcionarios judiciales, con los que también tengo convivencia profesional, tratan al chino.  Están ahí pero no se implican y es como si ellos estuvieran por encima de la ley. No quiero caer en tópicos. Si alguien comete un delito, hay que castigarlo, da igual si se es negro, verde o amarillo o un piel roja. A mi lo que me choca es ese bajo obstinado, como el de Shchedrin, con el que los funcionarios de justicia, los abogados y hasta algunos jueces se relacionan con el chino, no lo dicen pero resuena a: “sabía que lo harías, estaba esperándolo”  ¿Y en el caso del chino? ¿Qué me incomoda? Pués también la sensación, la mirada, el asombro, la incredulidad, la displicencia, la distancia con que me trata.
Saco un momento la cabeza del mar de mis pensamientos, miro al chino amorrado y en vano intento persistir en la tentativa de hacer suyos mis argumentos; pero me vuelvo a hundir...
Un nacionalista consecuente debería sufrir un caos socio-psicológico al entrar en contacto con un extranjero que sea, no sólo capaz de departir y fabular en el idioma del imperio, sino también de conocer la intríngulis del substrato cultural nacionalista, presuntamente sólo perteneciente a la gente de aquí, los nacidos en origen. La lengua que se había convertido en piedra de toque de diferenciación, les juega, en estos casos, una mala pasada a los nacionalistas. Para colmo de males, si el extranjero en cuestión es de otra raza, (entiendase negro aunque suene políticamente incorrecto), la fricción del disco duro nacionalista puede alcanzar niveles insospechados. Nada digamos si “el nouvingut” es capaz de realizar su trabajo, cumplir la legalidad y mantener un nivel de vida superior al del nacionalista, y esto justo delante de las mismas narices nacionalistas.  Lo más posible, siempre y cuando se cuente con el freno del establishment democrático, es que esa fricción-desgaste sólo alcance una sutil expresión lingüística y en algunos casos un microgesto, una leve contracción en lenguaje corporal. El nacionalismo cotidiano, siempre y cuando se cuente con el freno del establishment democrático, es sutil, encubierto, pero aun así es incapaz de tapar, de encubrir la sensación, la mirada, el asombro, la incredulidad, la displicencia e incluso la desidia de un ligero toque de rabia. Puede provocar comentarios comoestos: “Detenido un ginecólogo español, pero de origen jordano”, “Hay que ver lo bien que habla este tagarino la lengua nuestra, casi no se le nota”.  Los nacionalistas españoles, con la triste excepción de ETA, viven en perfecta simbiosis en el seno de otra nación mayor a la que llaman estado. Pero paulatinamente van creando a sotto voce, un lobo con piel de cordero que se apropia de estructuras sociales. Es un proceso llamado vuelta de tuerca nacionalista en el que la política, desde la escuela, la religión, el trabajo, la administración, la televisión, sólo facilita al respetable vulgo las opciones que ahonden el cisma. El resto de las opciones, aquellas que lo dejarían en el centro político, siglo XVIII, Tolerancia, Aufklärung, Enciclopedismo, Contapunto… Esas opciones no son válidas allí donde gobierne el nacionalismo. Crean en el electorado estados  de ánimo que manipulan a conciencia comosi de los hilos de una marioneta se tratase. ¿Hay que traducir un libro?  De acuerdo, pero si lo traduces al catalán tienes subvención. ¿Quieres abrir un negocio? Vale, pero si no rotulas en catalán no te concedo la licencia de apertura. ¿Necesitas una misa? Ahí está la casa de nuestro Señor que habla catalán. ¿Tu hijo comienza la escuela? No hay problema, la escuela es en catalán, y si te portas bien, agnus dei,   haremos la conceción de una hora más de castellano. Sí el gobierno central toma una medida contraria a los intereses de los partidos nacionalista, entonces se juega la carta de que la democracia no funciona.
A la mayoría de la población le importa un pimiento las premisas nacionalistas de sus dirigentes, pero se ven agarrotados por la utilización por el etableshiment partidista del mejor descubrimiento de Frederic Engels:  el hombre necesita en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política… Bueno aquí se riza el rizo, ya ellos tienen el buen yantar, el buen beber, y la hipoteca pagada entonces se ponen a ejercer de lingüístas. Por esta ley marxista la mayoría de la población tira del “Laissez faire”… entonces rotula en catalán, va a misa en catalán, sin saber que al no expresar la mínima disensión, aparece en encuestas que facilitan, la posibilidad de desintegrarse de la entidad mayor. No es un trabalenguas. Al pasar el tiempo, y cuando ya la estrechez se habrá instalado, si alguien protestase, la respuesta nacionalista sería lógica: “Eso fue lo que se votó democráticamente”  y a otra cosa mariposa…
¿Sólo en esto consiste esta vuelta de tuerca nacionalista?  Ja ja ja. Casi se me escapa la risa, el chino sentado a mi lado me mira atónito pero continua ignorándome. Sé, por experiencia, que debo dejarle un tiempo a solas para que me digiera. Gracias al proceso de vuelta de tuerca la vida política nacionalista se limita a poner sobre la mesa de la nación hiperónima petición nacionalista tras petición independentista y si no se la conceden la excusa es muy sencilla: amenazan con romper el dialogo democrático con gritos de “tongo”. Es el juego del niño que jugar con un hermano o un primo con sus juguetes, y cuando va perdiendo, arma la perreta o se saca reglas nuevas de la manga,  “de oca a oca y tiro porque me toca”, por la simple razón de que el juego es suyo. En la política nacionalista, se exacerban pajas en el ojo ajeno, se escogen fechas históricas, que con rencor hacen inolvidable la ofensa de la nación hiperónima al pueblo hipónimo, se les da a calles y avenidas importantes el nombre de personajes históricos que apoyan sus tesis. Se actúa por acumulación comolos antibióticos. La férula comienza así a justificar legalmente vía un corpus teórico-político, el derecho psicológico a ser diferente. Lo que a la larga significa: “derecho a ser mejor que” el resto.  Según ha demostrado el ínclito teólogo Carod Arana en su libro “Mi Lucha”, el lenguaje es el medio ideal para exacerbar nacionalismos. Lapsus he tenido, debo constatar que el lenguaje es el miedo ideal para proteger la realidad propia, que sienten amenazada. Lo más normal, si alguien se opone, será que sólo se fije en que se trata de imponer una lengua, no en los valores culturales que se intenta imponer con dicho idioma.  Egli è Delitto, Punizion son io.[MI13]  Pues es lo que se hace con los que se oponen se les castiga sin dilación.
De repente el Chulin interrumpe mis divagaciones. Me mira a los ojos e inquiere con una ingenuidad imperturbable:
- “¿Me estabas hablando en chino?”
Me asaltan unos deseos de mandarlo a cantarle a Gardel. Reconozco que ha pasado el tiempo que necesitó para entenderme. Aún así le doy un sí de(s)pecho y retomo mi explicación comosi no hubiese habido un compas de espera más que extenso, para que se sobreponga a la contradicción étnico-lingüística que presupone entenderme en su idioma, aunque no sea chino... me interrumpe de nuevo y zanja que no ha entendido nada de lo dicho hasta ahora. Na’ que está más perdido que un pulpo gallego en un garaje. Yo presentía que así se sentiría, en consideración a las vueltas y al chirrido de su disco duro que no es capaz de digerir ninguna de las vueltas que da su manzana en estos momentos, y para colmo vengo yo y le suelto en un chino medianamente ok la longaniza del Gallego.   
 Se lo repito todo, pero esta vez “de una forma potable”. Para él la manzana sigue con sus 9,8 vueltas y no acaba de tocar suelo. Es decir, sigue esposado a la pata de la mesa; no ve ni luz, ni salida, ni siquiera ve el túnel. Por otro lado también comprendo que la condición de chino es lo único que le permite aguantar mecha, pero él no sólo no es consciente de esta condición, ni de la fuerza que puede sacar de ella, sino que tampoco sabe encauzarla. Se le desborda por los poros. Desconfía de mí por idiosincrasia, no por inteligencia. No me deja otra salida que pensar en el refrán que remacharía mi abuela en estos casos: “¡Que si quiere arroz, Catalina!”.
Recuerdo a mi profesora de traducción que nos reprendía con alharaca y fanfarria: ¡Pase lo que pase, un intérprete nunca se pueden callar! ¡Siempre hay que hablar! Con esta idea por lema, no le leo sus derechos constitucionales, se los “interpreto”. ¡Qué carajo entenderá de derechos constitucionales un campesino ya sea del Alto Urgell, de Hendaya, de Guangzhou, o de Marianao!
Para aminorar la crudeza del seguro segurísimo aterrizaje suyo en el calabozo, le pregunto sí sus familiares saben que está detenido. No lo saben. Le pido su número de teléfono. Le explico que la policía permite que haga una llamada a sus familiares.  El pinchazo de la media mentira se extiende ahora a los dedos, que escondo a fin de evitar la traición de mi lenguaje corporal.  Me cuido de aclararle que no será él quien les avise. Ya se lo explicaré cuando este más tranquilo y confíe un poco más en mí. Confirmo está vez en su mirada que la desconfianza china,la cultura milenaria endogámica cierran filas y tratan de echarme fuera. Con una sólo pregunta he perdido terreno. Veo en su mirada la seguridad de que quiero saber el teléfono de sus familiares para ver si en el piso hay más chinos copiando CD y poder detenerlos. Y ésta vez es mi disco duro el que se queda más colgado que un chorizo. ¡Que si quieres arroz Catalina! No acabo de llegar al chino, no acabo de encontrar el lenguaje que penetre su coraza. Continuo explicándole sus derechos sin mencionarle que son sus derechos, vuelvo a decir “interpreto” sus derechos. Sólo saco en limpio que no desea ir al médico porque el dolor de estómago todavía lo puede soportar y que no ve ninguna necesidad de comunicarle al consulado que se encuentra detenido. Continúo hablando. Me interrumpe.
- “No tengo familiares en España, ¿Pero hasta cuándo voy a estar aquí?”
 Entiendo que en estas situaciones su manzana dé más de 9,8 vueltas y aun no logre tocar el suelo. Debe sentir que le han quitado el suelo de debajo los pies. De lo que le hablo oye sólo la parte que quiere. No es que no entienda mi chino acriollado, más bien estamos en presencia de dos problemas de escotoma negativo de catálogo. Problema 1: Si no me viese, si sólo me oyese, entonces me entendería.  Tiene mi negritud en toda su extensión ante sus ojos. Problema 2: Es la primera vez que lo detienen, lo esposan, le toman las huellas digitales, le hacen un “portrait parlé” [MI14] sentado en la silla giratoria de Bertillón, un armatroste comode la primera república, con un posacabezas, de frío metal y un tornillo medio oxidado, que por su forma y ruido al girar semeja al garrote vil. El agente aprieta un boton, en dos movimientos secos las placas de metal se desplazan sobre sí,  con música de película de terror de Hollywood, la silla da un giro y pone al chino en posición para ver su oreja derecha en la segunda foto.  ¿Quién no se queda ciego? Obligado es decir también, que la actitud de la policía no ha sido hiriente, depectiva,  violenta, ni tan siquiera agresiva. Y eso ha sido lo peor porque Chulin desde que fue detenido ha estado esperando lo peor. Esa expectativa de lo peor lo hacía producir ingentes cantidades de adrenalina, preparándose para el golpe de gracia de la policía. De ahí que fuera un flan, un pollo mojado. Por otro lado es más que entendible que su disco duro no pudiera procesar, que se haya armado todo este operativo por no tener permiso de residencia y por vender CD. “Soy en el buen sentido de la palabra… bueno…” Machado pugna por salir de mi cabeza. Me olvido de todo, o al menos trato y me centro en ¿cómo lograr/esperar/desear/alcanzar/hacer/ que confíe un poco en mí? Busco con paciencia la mejor forma de explicarle cómo salir de la vorágine en que ha caído y contesto a su pregunta, con algo que ya le había dicho:
 - “Hasta Mañana que te llevarán al juzgado y de allí seguro que te dejan salir rápido. En serio, no vas a tener grandes problemas. A lo sumo te pondrán una multa.”
 -  Pero si yo no estaba haciendo nada, sólo vendiendo CD”
- “Vale, de eso ya hablaremos más adelante, en cuanto llegue tu abogado.”
Me escucha comoel que oye llover. El buen cubano que hay en mi le hubiese dicho: “ _______” Pero al verle la cara sólo puedo decirme: “¡Que si quieres arroz, Catalina!” el Chulin está sordo ha lo que no quiere oír,  sigue por donde quiere ir.
No me dejo arrastrar para no enredarme en discusiones preñadas de explicaciones, que él no entenderá por sentirse y estar debajo de la bota. En estos casos, entiendo a los chinos, gracias al adagio cubano que reza: “La diferencia entre la torre y el dedo es que el dedo es mío”. Me conformo con la victoria o la derrota pírricas, ¿hay diferencia?, de ver que el chino se va confiando. Aparentemente el chino, ya con más confianza, quiere explicarme “el cuéntame tu vida”.  Haciendo la larga historia corta, me empieza a buscar opciones de negocio en China, pues yo hablo chino y castellano, así en China no tendría problemas.  Sin embargo, de repente se encoje, se acerca un poco más a la mesa, comosi de un refugio se tratase. Veo que las esposas se hunden en un surco rojo-amarillento que hiende la mano que lo mantiene pegado a la mesa. Me embarga una impotencia bidireccional. Lo dejo digerir la situación e intento digerirla yo. 

 “Escucho solamente, entre las voces,  una…
 Conversa con el hombre que siempre va con él
 -quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
 tal soliloquio es plática con ese buen amigo…”
Creo así reza ese adagio castellano de algunas historias de mi infancia en un patio claro.  ¿Por cuáles vasos comunicantes rebota ahora desordenado, dentro de mí? Intento no ponerme machadiano. También aprovecho la ausencia demorada del letrado y el transporte mental del chino, para emprender otro soliloquio con “mi amigo”. ¿Cuántos de los que están en contra de la venta ilegal de CD no acudirían volando al top manta si en vez de CD se vendiesen pisos? “Falsos” sí, mas pagables, vivibles. Los CD originales presuntamente se oyen con más fidelidad y está todo el fetichismo de la carátula y el conjunto de todo lo que hacen para que el CD “camine” hacia el presunto comprador: una nota manuscrita del cantante, un mechón de su pelo, un trocito de su sábana, fotos… pero con una hipoteca de 40 millones de pesetas, (¡vaya usted a saber cuantos Euros son!), ¿ Quién dudarías sí de pronto pudiera comprar un piso “falso” en tanto copia de un original? No tan fiel vale, sin todo el merchandising, pero vivible al fin y al cabo. Y la venta la haría alguien en un top manta, sin complicaciones, sin que un “ladrón con la ley debajo del brazo” te cobre, acorde a derecho: impuestos jurídicos documentados gastos de notaría, gestoría, seguro de vida, gastos por tasación... Claro de haber Top manta de pisos,  seguro segurísimo, un grupo de arquitectos se  erigiría en  Sociedad General de Arquitectos Españoles “SGAE” y te hablarían de que el que vende los pisos en el top manta no paga impuestos y todo esa palabrería, que habría que traducir a un  más que necesario papeleo. No olvidemos que sin todo ese bregar  de los presentes yo me quedaría sin gazpacho. Bueno,  yo no tanto pero sí ese pobre chino que continua esposado, a la mesa. Dixit est. La diferencia está en que “legalmente” las discográficas pagan unos impuestos que las autorizan a agregar al valor real de los CD unas cuantas cifras a la derecha. A nadie se le ocurre por este motivo abrirle un expediente de expulsión a Rosario Flores o a Joan Manuel Serrat. ¿Sería desproporcionado verdad?   Nadie dice que sea un delito la tasación de un piso. A pocos les interesa pinchar esa burbuja. O que haya quien proponga ponerle una multa a todo Fuenteovejuna por no  pagar un derecho de autor desde 1610…
 ¿Qué piso comprarías, entonces? El presunto falso del top manta o el original tasado por el banco.  Al que te preguntase quién hizo las copias de los pisos que vendes en el Top manta, lo mandarías a leer Fuente ovejuna. ¿Y si se pudiesen descargar pisos con el emule? Ya eso sería la monda, ¿eh?…
Mi vista sobrevuela la mesa a la que sigue esposado el chino, vendedor de CD y con menos papeles que una liebre. De forma automática, sin sentirlo le balbuceo algo tranquilizador. El chino me oye, asustado por mis monologos intermitentes, pero mis palabras no llegan ni siquiera a su oído medio. También él estará perdido en su soliloquio. Me sorprende detectar en su mirada la misma concentración, el mismo desinterés, que raya la agnóstica que vive cualquier traductor en una interpretación consecutiva.  No es uno entero el que habla el otro idioma, es sólo una parte de uno y al concluir la conversación/monologo/interpretación esa parte de nuestro cerebro se cierra. Mi yo español desconoce lo que se habló a través de mi yo chino, para que las partes se entendieran y viceversa. O sea que cuando nos preguntan, qué y cómo hemos interpretado. El “No lo sé” es la respuesta más sincera que podemos dar. La damos sin acordarnos de la cláusula de confiabilidad, firmada al empezar a trabajar comointérpretes.
El Señor Letrado, con su aparición, corta nuestros sendos paseos mentales. Comienza la representación. “1yyy, 2yyy, 3yyy toujour recommencée”. Dos sillas son arrimadas a la mesa, a la que todavía y aún en presencia de su letrado, permanece esposado el chino que vendía CD y tenía menos papeles que una liebre. Nos sentamos en corro y un policía, con la indecisión que le permiten los tres dedos que usa, empieza a teclear en el ordenador el más que necesario “poder del buró” (traducción castellana  del latinazo “papeleo innecesario”). No olvidemos que sin todo ese arate cavate, todos los presentes nos quedaríamos sin gazpacho. Bueno, todos menos el pobre chino que podría vender los CD, sin pagar ni un duro por impuesto.  Sin siquiera farfullar: “agua va”, el policía me pregunta por el nombre del  Chulin. Su versión original fue “filiación personal”.  Comotodavía no lo tengo, se incomoda y me da tiempo, para recavar esta información, encaminandose a la impresora. Yo no quiero confusiones a la hora de transcribir el nombre del Chulin al castellano. Le pido al Chulin que escriba sus datos en un folio. La celeridad con que empuña el lápiz y los dos caracteres escritos hacen que mi mándibula diga sí a la gravedad. Me quedo de una pieza. Hasta ahora en la conversación monologo con el Chulín, todo había sido dudas, y tampoco es muy frecuente que un chino tenga un nombre de dos caracteres. Y menos frecuente es si esos caracteres son iguales, 筱筱. La mosca detrás de mi oreja no deja de incordiarme. Déjame explicarme un momento, le digo en un suspiro.
-¡Pequeño fraile, mira que antés fui cocinero!  Desde que me acerque a ti he estado tratando de ayudarte, de explicarte de que forma y manera podrás salir de esta, con el menor daño posible, porque nadie te va a poder borrar las impresiones que ya has comenzado a sufrir. Es tu decisión si quieres que yo le diga al policía, que te llamas Bambú fino 筱筱 (en este momento le inyecto 2 céntimetros cúbicos de risa irónica a la frase) en China no hay ese apellido,  ni  siquiera aparece en  el 百家姓[MI15] el libro de los apellidos. Xiaoxiao me parece más bien un nombre de leche[MI16] . Si hubieses dicho Zhang Xiaoping,  张小平 ,EL QUE ABRE EL PEQUEÑO FLORERO o Wang Haijun,  王海军 , EL REY DEL EJERCITO MARÍTIMO,  respectivamente, te hubiese creído sin ninguna duda.  Podías haber dicho, un nombre que me dijeron una vez y que tuve que arreglar para que pareciera un nombre de persona:   Zhong Nanhai.” 钟 南海 [MI17] .  Lo siento pero ya está cogido. Continuo con mi arenga al chino Viendo la cara de impaciencia del policía que regresa de la impresora y la indiferencia del letrado Se me ocurre una frase que le digo al chino y me hace reír pensando en los catalanes… no me lío y sigo: Te’n faré cinc cèntims[MI18] ,  me hace reír que me haya salido esta frase en  catalán, pero continuo intentando  llevar al Chulin por donde quiero.  Y no me dejo caer en la tentación de exprimir la tópica tentación: catalán-dinero.  Le explico al chino en tres palabras que si da un nombre falso, el policía se lo cree y lo introduce en el ordenador junto a sus huelas digitales. Prefiero ya a estas alturas, no alardear de nivel de chino y sólo le digo “las huellas de tus dedos” Por ejemplo si él le dice al policía que su nombre es Zhou Enlai[MI19] , el problema no será ahora, será cuando con su pasaporte original, con su verdadero nombre tenga que demostrar que no es Zhou Enlai. Puede parecer una cámara oculta, pero no lo es. Lo dejo darle vueltas a la pregunta retórica: “¿Qué va a pasar cuando vayas a solicitar un permiso de residencia?” En la versión original le dije pedir papeles. “Pues que te denegarán el permiso”, le argumenté  conciso y con buen tono.
- ¡Apa!, tienes dos posibilidades.  A: me recalcas que es verdad, que tu nombre es Bambu fino. B: Me reprochas por no haberte entendido bien, le echas la culpa a mi bajo nivel de chino y declaras tu nombre verdadero y esta conversación no ha existido. 
-Señor Intérprete, ¿tanto hablar para que el detenido le indique su nombre? Ruge el policía con todo el papeleo ya impreso en las manos. 
Me enfrio de hombros para arriba y trato de salvar la situación con la excusa, de que le estaba explicando al chino quienes eramos  y lo que estamos haciendo porque me lo ha preguntado. Sé que me puede replicar que vengo aquí a traducir y no a explicar nada pero me la juego. Hablo rápido y me enredo porque una nueva mentira, aunque esta vez piadosa me acribilla la lengua, dejándome desenfocado por unos instantes. Se puede mentir porque hemos olvidado cómo fisgar en los cambios que se producen en nuestra fisiología cuando hablamos y mentimos: Temblores de los párpados, brusca (des)aceleración del ritmo de hablar, dilatación de la pupila o aumento del ritmo cardiaco,  cambios repentinos en la posición de manos y pies. Son algunos de los signos que pueden hasta influir en el gran simpático y que casi siempre pasan desapercibidos para nuestro interlocutor. Al final el chino echó mano de la opción C. Me confesó un nombre que aunque sí era un nombre chino. Él y yo, los dos sabíamos que no era el suyo. Uno no puede dejar de actuar comoun ser endémico aunque te estén avisando: “¡Hay una pared, no corras que vas a chocar!”. Son chinos y solo ven las paredes chinas.  Cuando la objetividad concreta de la pared te deje con el culo “par terre”, dirás que no corriste con fuerza y por eso no tumbaste la pared. Me callé hacia el chino y continué con la V.O.S.E para   policía y letrado. Era el pie forzado que me estaba pidiendo el  que necesitaba
Se llama: Geliang ZHU[M20] .
-Preguntado para que diga su lugar de nacimiento y el nombre de sus padres. 
-¿Dónde naciste? ¿Cómo se llaman tus padres?
Imagino la contestación y a fin de ahorrar tiempo le hago la pregunta que se hacen los chinos entre ellos, en castellano equivaldría a algo así como“¿de qué parte eres?”, en la pregunta ya esta implícito que los  interlocutores son del mismo país o  uno de ellos da por sentado que el otro es  su  paisano.
-Soy Chino.  
- Sí, me lo esperaba. Pero ¿de qué parte?
- De Zhejiang, y mis padres no están. [MI21] 
-Lo siento, pero él necesita sus nombres.
- Yo sólo estaba vendiendo CD en la estación, pero ellos ya no están.
- Te repito que lo siento, pero sólo necesitan sus nombres, si no puedes pronunciarlos por respeto a que no estén. No los pronuncies escríbeme los nombres aquí y dejas de escribir un trazo al carácter y yo adivino su nombre, ¿vale[MI22] ?
Ante el poco espacio de maniobra que le deja mi comentario, el chino coge el folio y   comienza a garabatear mientras me recalca una vez más su mensaje. Hago caso omiso a la primera parte de la oración: “ yo sólo  estaba vendiendo CD”. 
 -Señor interprete, ¿el detenido lo entiende bien?, ¿O será necesario que llamemos a otro intérprete? truena el policía, que había permanecido ajeno a nuestro tejemaneje.
En otro momento quizá hubiese preguntado por qué enseguida duda de mi capacidad para hacer mi trabajo. Pero no me quiero arriesgar y trago el gol.   
-No hace falta, sólo me explicaba que sus padres han fallecido y para ellos es una falta de respeto mentar el nombre de un familiar muerto.
Esgrimo raudo y veloz lo primero que me viene a la mente al ver en peligro el pago de mi alquiler. Harto ya de tratar de convencer al chino, le doy la vuelta al folio donde escribía el chino. Se me vuelve a desatar la quijada. Encabronado, vuelvo a ser sólo un traductor autómata.
- “Pero al final se llaman Jia Baoyu y Wang Xifeng[MI23] ”.
Ahogo mi alarma. El policía satisfecho por haberme metido caña, asienta los nombres en el ordenador. El Sr. Zhu Geliang ha escrito dos nombres famosísimos en China. Al leerlos dudo si dejarle saber al chino que su subconsciente lo ha traicionado. Su padre lleva un apellido distinto de Zhu...pero me sonrío y recapacito… el policía ya se está impacientando y el abogado se ha movido dos o tres veces en su silla. Le he explicado al Sr. Chulin lo que sucederá. El ha elegido.  ¿Qué importa la diferencia de un apellido si al final, la base de datos del ordenador de la policía será un diccionario de personajes literarios chinos. Me niego a utilizar el alias que ha escogido él mismo y continuo, venganza pírrica, llamándolo  Sr. Chulin.
A pesar de todo noto que sonrojarse tampoco resume todo lo que les sucede a los chinos, cuando se sienten pillados in fraganti. En teoría, al igual que los negros tampoco se pueden sonrojar. El ojo entendido percibe empero un tono violáceo que recorre nuestros pómulos y lóbulos. Reconozco en ese tono otro síntoma de la presencia de la mentira. Siento comoel chino se escuda tras miles de años de cultura, que lo obligan a desconfiar de todo lo que tenga cuatro patas y no sea una mesa, vuele y no sea un avión.
Le explico al Chulin que ya el policía está mosqueado, y se está buscando que las cosas pasen a castaño oscuro. Le aconsejo que conteste a las preguntas comoquiera pero que conteste, que no lo haga perder tiempo. No me explico porqué razón lingüística pero el Chulin me capta a la primera lo que iba a pasar si continuaba “desconfiando”. Contesta entonces,  de manera rápida, concisa, sin florituras a  preguntas como:
- ¿Profesión?
- No tiene trabajo ahora.
-¿Estado civil?
- Casado.
¿Tiene hijos?
-      Ya te he dicho que estoy casado.
-      Sí pero no vamos a volver a empezar a discutir una vez más. Sí el policía te pregunta contesta la pregunta. Y no hagas que se moleste.
-      Señor Intérprete?
-      Lo que te decía… le señalo al Chulín que está cabreando al policía. Y le vuelvo a hacer la pregunta: ¿Tienes hijos?
-      Una.- Me tira la contestación, más que dármela  
-Preguntado para que diga cuándo entro en España, a qué ciudad y qué medio de transporte utilizó.
En un plis plas, le re-explico al chino lo que puede pasar si continua. Le hago la pregunta, me contesta otra vez allegro assai, pero a pesar de dudar acerca de la veracidad de la contestación, se lo cuento con pelos y señales al policía.
-Hace dos años llegó a España. Vino a Madrid, en Autobús.
Veo lo mal que el policía escribe en el ordenador y a pesar de eso no se me olvida que me incordió por mi demora en la interpretación. Es expresión de la idiosincrasia cubana, no aceptar que  nadie nos haga una crítica. Aún cuando tienen razón en la crítica y el poco espacio de maniobra que nos dejan al hacerla, nos deja sin oxigeno para reaccionar, tratamos entonces de encontrar un error en el criticón, aunque sea un mínimo error traido por los pelos. Así  dejo á propó hablár al chino y traduzco al pie de la letra, comotiene que ser. Les transmito/traslado al policía y al letrado todo lo que el chino contesta a las preguntas, sin escatimar detalle, sin demora, sin errores gramaticales. Disfruto viendo comoel poli suda tinta china para recoger, con los tres dedos que utiliza para teclear toda la verborrea china.
- Reunió el dinero para pagarle a un cabeza de serpiente[MI24] , que tenía el contacto para el visado en Shanghai, y le ofrecía la posibilidad de pagarle a plazos al que le haría el contrato de trabajo aquí. Los familiares se reunieron y aportaron entre todos la suma necesaria.
 El letrado se mueve ligeramente en su silla, pero, fiel al perfil del personaje que viene a interpretar, no dice ni esta boca es mía. El policía no puede más y me marca el ritmo.
- ¡Señor Interprete! Basta de cuentos chinos. Pídale que me conteste de dónde sacó los CD. No me creo que toda su familia [MI25] haya reunido tanto dinero para que el pudiera venir aquí, con ese dinero pudiera vivir comoun rey en China, ¿no? 
No quiero poner mi gazpacho en juego, interrumpo mi revancha interpretativa... El letrado se remueve en la silla. Ahora entiendo porqué. El policía ha omitido una pregunta clave en el protocolo, tenía que haberme dicho, pregúntele si desea declara ante esta instrucción o si prefiere hacerlo delante de V.I. ? 
Al policía le entra un puntito de instructor de academia:
- “Dígale que me diga la verdad, que yo estoy aquí para ayudarlo.”
Cómo este gilipollas se va a creer que el desconfiado del chino se va a tragar esta historia de amistad;  pienso mientras mi alter ego chino traduce la frase del policía.  El letrado, por su parte, pone cara de estar acariciando la idea de burlarse de la amistad policial, pero no abre la boca, ni mira al agente. 
Miro al chino y me parece que estoy en la escena del crimen de Cuenca de Pilar Miró.  Él es el asesino que tiene que ser juzgado por unos CD. El policía sale un momento a por folios y el abogado me insiste en que le recuerdo que se puede acoger a su derecho de no declarar aquí mejor que lo haga mañana delante del juez.
- “Cuando les da por jugar a policías y ladrones no tienen para cuando acabar y mi novia esperándome para salir a comer”- me dice en un aparte, el abogado.
Mi novia me esta esperando, me dice comoel que proclama un indulto. Le comento al chino lo que dice su abogado. Entra el policía con los folios. El policía persiste en el papel del poli bueno.  Le habla con voz dulce al chino, le quita las esposas, le explica que no le va a pasar nada que solo tiene que contestar algunas preguntas, le permite fumar un cigarrillo, pero cuando ve que el chino se hace el tonto, o lo toma a él por tal, que da repuestas que dejan frío al más pinto, entonces se vuelve a enfurecer. El policía sufre otro cambio psicológico que me hace pensar que hoy no se  ha tomado el litio:
-“No te columpies un huevo o esta declaración se va a extender en el espacio y el tiempo”, dice dando repentinamente un golpe seco en la mesa y mi corazón da dos vueltas de campana pensando comocarajo se columpia un huevo en chino, y comose puede extender una declaracín en el espacio. La duda metafísica de extender el interrogatorio en el espacio y el tiempo cae sobre mí semejante a la noche. Yo me enredo en la interpretación, el policía no me espera, le grita al chino mentiroso.
Traducida la tormenta, le propone hacer un trato. Si el chino le dice los nombres y el lugar donde se copian los CD ahora mismo quedaría en libertad, sin ni siquiera abrirle un expediente de expulsión. El letrado me mira. Entiendo que quiere que yo le diga al agente que el chino puede acogerse a su derecho de no declarar aquí. Pero cuando quiero me ajusto a mis competencias de traductor. Me hago el obnubilado y empiezo la traducción de la frase del policía. El letrado tose. Yo me digo, si quiere algo que se lo diga él mismo al agente y que después se vaya a ver a su noviecita. Entra el Gallego y se pone a supervisar la acción. Dictamina, cortándole el impulso al policía.
- “Compañero, ¿El chino quiere declarar aquí o en el juzgado? No te olvides que hay más detenidos”
Al sentir que una fuerza superior le corta las alas, sin derecho a réplica el policía acomoda comopuede la intromisión en su amor propio y le hace la pregunta, que había omitido al chino. Oigo al letrado respirar con dificultad. Desisto, pues yo también he entendido la indirecta del jefe, de mi interés en extender la declaración en el tiempo, que no en el espacio. Le explico al chino que su abogado lo “asesorará” ahora sobre lo que le va a suceder. Firmamos la declaración: el policía, compungido por no poder utilizar las técnicas aprendidas en la academia; el letrado, aliviado y alegre por poder reencontrarse pronto con su novia; yo, decepcionado pues ya soñaba con una declaración extendida en el tiempo; y el chino, que no tenía papeles y se atrevió a vender CD por Barcelona.
Pasamos a una oficina donde el policía nos deja para que el letrado se pueda entrevistar con el chino. Claro está yo mediante. Ya sabía que la novia del letrado está impaciente, que se le iba a pasar el arroz o que  perdería la hora de la peli, pero con lo que no contaba era con el poder de síntesis del letrado.
- “Explícale tú, que ya sabes de que va el tema, lo que va a pasar ahora, yo me tengo que ir, mañana hablamos en el juzgado. ¿Irás tú también? ¿No?”
Y puso pies en polvorosa. ¡Vaya, qué tres pies para un banco! Pensé, al mismo tiempo que una vez más le explicaba el proceso al chino.
- “No hay otra solución aguanta una noche aquí y mañana contestas a las preguntas del juez y quedarás en libertad. Además mañana tu abogado te explicará lo que puedes decir y lo  que no. Ah otra cosa,  cuando te traigan la comida esta noche, te la comes, da igual si son piedras fritas, porque después no te van a dar nada más hasta el desayuno. ¿?  Ná, ¡Hasta mañana!”
Le hice una señal al policía indicándole que ya habíamos acabado. Bajaron a los calabozos al chino que no tenía papeles y se atrevió a vender CD por Barcelona. Esperemos a ver que nos trae el mañana. 


 [MI1]Algún latinista podría traducir: “Volvo ergo sum” ja ja ja.

 [MI2]En buen cubano habría que decir:  “nos quedariamos sin frijoles”.

 [MI3]Cada nación tiene sus alimentos por los cuales son capaces de ir a las barricadas. En Alemania por ejemplo son la patata, el chocolate y la mantequilla. Hitler aseguró estos alimentos y  pudo hacer y deshacer.

 [MI4]Tanto musical, comofilosófico, el contrapunto es la mejor aportación intelectual  europea.

 [MI5]Molinillos.

 [MI6]Primer oso panda que nació en cautividad en Europa. Lo hizo en Madrid en 1982.

 [MI7]Fernando VII murió el 29 de septiembre de 1833. Su hermano Carlos, conocido por los partidarios carlistas comoCarlos V, reclamó ser el sucesor. Dio comienzo así a la Guerra de los Siete años, contra los isabelinos o cristinos partidarios de Isabel, cuya regencia ejercia su hilarante y muy Graciosa Majestad María Cristina “me quiere gobernar”.

 [MI8]Dentro de esas cartas dentro de un sobre con un plástico que permite al cartero leer el nombre y la dirección del notifiado

 [MI9]Uno de los grandes aportes europeos a la política es la separación de poderes de Montesqiueu. Los Checks and Balances son una artimaña para que cada rama del gobierno “limite” democráticamente a las otras ramas y así garantizar el funcionamiento democrático.

 [MI10]La historia secreta de Picasso, texto  por Jorge Garrido sobre Francisco Picasso Guardeño, abuelo cubano de Picasso.

 [MI11]En un acto de objetividad escribo en chino lo que le digo al chino, para que algún desocupado lector que hable chino, entienda mi posición sin traducir y quizás se asombre de la reacción que provoco en el detenido. Más abajo para los desocupados lectores que no hablan chino traduzco. No os precupeis, sólo debeis saltaros este trozo.

 [MI12]Un nombre  generacional, común a todos los miembros de su misma edad dentro de la familia paterna y su nombre en sí. O sea que el nombre chino  tiene generalmente 3 partes. Apellido paterno, nombre generacional, y nombre comotal. Dicho grosso modo.


 [MI13]Él se llama delito y yo castigo. Rigoletto, Verdi.

 [MI14]Retrato hablado, creado por Alfonso Bertillón(1852-1914), inventor de un sistema de identificación de los delincuentes  basado en medidas antropométricas, el fenotipo. Fue el punto de partida para crear la actual ficha policial. Bertillón sentaba a los delicuentes en una silla giratoria, para las fotografías.  Esta información me fue facilitada por el agente que le realizaba las fotos al Chulín.


 [MI15]Es un documento escrito en forma de poema, en el que se recogen los principales apellidos chinos. Escrito a principios de la dinastía Song ha devenido en lectura obligatoria para facilitar la memorización de los apellidos chinos.Son un total de 430 apellidos, se pudiese pensar que es un número relativamente escaso en consideración al número tan elevado de la población china. Pués sí y es causa de graves problemas para la policia por la abundancia de homónimos. 

 [MI16]Nombre de ámbito familiar durante los primero años en que el niño no se ha incorporado a la vida social, una vez comienza en la escuela se utiliza el nombre de adulto o definitivo. En la familia se puede continuar utilizando “el nombre de leche” , o no.

 [MI17]Zhong Nanhai, Escrito con otro Zhong es la sede del gobierno de la República Popular China. Equivalente a decir, la Casa Blanca o Mocloa.

 [MI18]A los catalanes no les gusta el tópico de que siempre piensan en dinero y que son tacaños. Para explicar algo brevemente dicen que haran cinco céntimos y bailan contando…

 [MI19]Legendario Primer Ministro Chino, con similar marketing en China que el de Ernesto Che Guevara a nivel mundial.


 [M20] Primer ministro del reino de Shu en la dinastía Han oeste. Político sagaz, estratega mitológico de esta época., que ha entrado en la literatura popular china, por sus argucias frente a Guan Yu y  Cao Cao, un déspota ilustrado,  en  “Anales de los Tres Reinos”   de Luo Guangzhong.

 [MI21]Para traducir el matiz de ese “no están” habría que probar en español con: “mis padres ya no están”

 [MI22]Si los padres han fallecido, por respeto a ellos, los hijos no pueden pronunciar o escribir su nombre  correctamente. Las formas de evitarlo cambian a lo largo de la historia , pero por lo general son: buscando un sinónimo, un homónimo, quitar un trazo al escribir el  carácter,  omitir el carácter completo… Escribir o pronunciar el nombre era considerado una falta de respeto. En algunas épocas la pena si se escribía o pronunciaba  el nombre podía llegar a la muerte.  


 [MI23]Personajes de El Sueño de las mansiones rojas. Novela de Cao Xueqin,(1724-1763), escrita durante las dinastías Qing-Ming, siglo XVIII, es una de las cuatro obras maestras de la literatura china. Goza de amplia difusión en China,  incluso en las capas populares.  Tanto comoel Quijote entre nosotros.


 [MI24]Snakehead, pez omnívoro originario de Asia, puede reptar fuera del agua y sobrevivir hasta tres días. Puede atacar a niños. Destruye el ecosistema donde emigra, pues come cualquier cosa. Por esta razón se le ha dado el nombre de cabeza de serpiente a “los guías” que introducen de forma ilegal a imigrantes chinos en Europa. Los cabezas de serpiente retienen el pasaporte del transportado y en caso de que este no pague las excesivas sumas que exigen, se le obliga a pagar, amenazando a su familia en China, también pueden agredir al emigrante.

 [MI25]Para gran parte de Occidente familia es el padre, la madre  y los hijos. El concepto de familia en Oriente es más amplio. Terminos complicadisimos designan estas relaciones de parentesco en chino.  

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